Hablemos de Beisbol: llamar a un Comite Historico?

Noviembre 30, 2010.- Durante años ha prevalecido un enorme vacío en el béisbol venezolano por la carencia de una fuente oficial y confiable que recopile todas las estadísticas de nuestra pelota.

Es inadmisible que en pleno siglo XXI no se sepa a ciencia cierta cuantos hits coleccionó César Tovar en el béisbol profesional y, que a estas alturas de la historia, existan dudas sobre la veracidad de los 1505 imparables que “presuntamente” conectó Víctor Davalillo.

Bienvenidos a la vida de los amantes de los números

Por años, las estadísticas del béisbol profesional venezolano han sido un verdadero misterio, por la poca flexibilidad que existe a la hora de intentar acceder a los numeritos que sustentan la historia del principal pasatiempo del país.

La última publicación oficial fue divulgada antes del inicio de la temporada 2005-06, en el marco del sexagésimo aniversario de la liga. La institución convocó a los historiadores Daniel Gutiérrez y Efraím Álvarez para actualizar la base de datos completa de estadísticas y el propio Gutiérrez, en conjunto con Javier González, elaboraron un libro de récords del circuito.

Ambos registros, en conjunto con las guías de medios que elabora cada equipo que compone el circuito rentado nacional y algunas recopilaciones propias, han sido nuestras referencias para guiar a los lectores en materia de las marcas y nuevos registros que a diario tienen lugar en nuestra pelota local.

Pero otras empresas recopiladoras, del alto prestigio, han hallado algunos errores en esas publicaciones, ocasionando que se genere una diversidad de versiones al momento que se produzca una nueva marca en los terrenos locales.

El último debate ocurrió el fin de semana

Robert Pérez llegó a 1.254 hits, el sábado, igualando supuestamente a César Tovar, quien según el libro de récords de la liga, terminó su carrera con tal cifra de incogibles, algo que al parecer fue un error de tipeo, toda vez que en la base de datos oficial de estadísticas del béisbol venezolano, el caraqueño aparece con 1.224 imparables.

Sin embargo, una investigación de Quality Sports, compañía dirigida por Iván Medina, encontró que el ex-grandeliga de los Mellizos de Minnesota terminó con 1.223 hits, pues se halló un error en la temporada 1975-76. “Ese año Tovar terminó con 46 hits, 10 dobles, 23 carreras empujadas y 7 bases robadas y no como rezan los números ‘oficiales’ que indican que el ex-caraquista finalizó el campeonato local con 47 indiscutibles, 9 dobles, 22 impulsadas y seis estafadas”, publicó Medina en su Twitter.

Discusiones de esa naturaleza han sucedido una y otra vez

Hace unas semanas surgió otra polémica con Alex Torres, el pitcher de las Águilas del Zulia, cuya mejor actuación tuvo lugar en Barquisimeto, el pasado 9 de noviembre, juego en el cual abanicó a once rivales en cinco entradas de labor, a nueve de ellos de manera consecutiva.

El récord oficial de la liga corresponde a Lew Krausse, quien alguna vez ponchó a 21 adversarios en un mismo juego, a diez de ellos sucesivamente. Para un venezolano, el registro estaba en manos de Géremi González, quien según la liga había sentenciado a nueve al hilo en 2002.

Ese día surgieron distintas versiones, todas provenientes de personas con alto grado de credibilidad, pero al final del día, Medina publicó la hoja de anotación de aquel compromiso y se comprobó que el récord de un criollo quedó en poder exclusivo de Torres.

Y así podemos continuar

Es necesario que la Junta Directiva de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional tome cartas en el asunto y ponga –a la brevedad posible– orden a la anarquía que reina en la historia del circuito.

Desde esta tribuna sugerimos la conformación de un Comité Histórico que tenga el poder de organizar un diálogo con las principales empresas recopiladoras del país, para unificar en una sola base de datos, que sea de acceso público, gratuito y publicada en Internet, la verdadera historia oficial de la LVBP.

Y ese grupo de trabajo también informe el acontecer estadístico diario del campeonato en curso.

Desde aquí nos ponemos a la orden.