Leones en la 2010-2011: La más grande de las debacles
Enero 26, 2011.- Los Leones del Caracas tuvieron una baja de producción y su pitcheo no estuvo a la altura de los pronósticos; al final tuvieron que despedirse antes de lo esperado y hoy ven la final del béisbol venezolano desde sus hogares.
Los Leones del Caracas arrasaron cual tornado que sin piedad arruina todo lo que a su paso se atraviesa pero al final terminaron cual víctimas del desastre al quedarse con las manos vacías, sin nada. La noche del sábado fue gris en la cueva de la derecha, horas después de terminado el encuentro ante Tigres de Aragua aún salían los jugadores con rostros largos, cabizbajos.
No es para menos.
Los melenudos dejaron huella de la peor y más estrepitosa caída que elenco alguno haya sufrido en la historia del formato actual del round robin de la liga, peor que los Cardenales de Lara en la 2001-02 y los Navegantes del Magallanes en la 2005-06. Al término de la novena fecha del todos contra todos, los defensores del trono, gozaban de un registro de siete triunfos y dos derrotas y quedaron marginados con diez laureles, algo que nunca había pasado.
“Fue un gran año para nosotros a pesar de que no pudimos alcanzar nuestro objetivo”, dijo Dave Hudgens, estratega de la organización, quien dejó récord de 45 victorias y 34 derrotas contando toda la campaña. “Estoy decepcionado, creo que pudimos alcanzar el campeonato, estoy seguro de eso”.
Los Tigres de Aragua eliminaron a su par de la capital en un juego de desempate, un partido que representó la cuarta caída de los melenudos en sus últimos siete encuentros de la semifinal, por allí empezó todo. Los selváticos tuvieron un gran desempeño global en ofensiva y pitcheo pero, en momentos claves, esa combinación desapareció y ese choque fue una de las tantas evidencias.
“Tuvimos corredores en base pero faltó el hit grande para poder sumar más carreras”, reflexionó el dirigente al término de esa jornada. “Eso se combinó con la capacidad que tuvieron ellos (los maracayeros) en poder hacernos carreras con dos outs, nos costó mucho esas tres carreras que fabricaron a falta de un out para terminar el episodio”.
Hudgens estableció un patrón diferente al que exhibió durante su gestión del año pasado y en el transcurso de la ronda regular del campeonato actual. Mostró un rostro mucho más conservador y aquella promesa que hizo el 7 de enero, luego aquel polémico intento de sacrificio de Josh Kroeger, se mantuvo y fue, quizás, su sentencia definitiva.
La gerencia estructuró un plantel con piezas que tienen alta capacidad de embasarse y un contacto envidiable para producir extrabases. El conjunto terminó líder en los principales renglones ofensivos y cerraron la segunda fase con un OPS de .813; pero también fue el equipo que más apeló a los toques de sacrificio (14), por encima de Buddy Bailey (Tigres) y Jody Davis (Águilas), quienes fueron consecuentes a ese estilo todo el año.
Eso se conjugó con lo que pasó después.
El 14 de enero comenzó la etapa de disipación al producirse la ausencia notable de ofensiva en momentos claves, para ellos. Los selváticos cayeron en episodios extras ante los hoy finalistas, Caribes de Anzoátegui. Aquel partido fue un reflejo de lo que sucedió después ante Margarita (dos veces) y ante Aragua, en la última fecha.
La artillería que venía produciendo un promedio de 6.44 carreras en su primeras nueve presentaciones, dejó ese día a 18 corredores en base y tuvo una tasa de 20-3 con hombres en posición de anotar. En sus próximos tres cotejos, el average bajó a 3 rayitas por careo y ante Aragua, en el desempate, los felinos tuvieron de 11-0 con gente que estaba esperando remolque mientras que siete se quedaron en circulación.
El cuerpo técnico tuvo que lidiar, además, con la poca efectividad que al final mostraron los abridores. Thad Weber no fue el mismo de la primera fase, Gustavo Chacín solo tuvo una buena presentación ante los Bravos, el pasado viernes, Guillermo Moscoso adujo cansancio en la recta final y Ronald Uviedo falló en lo que él mismo calificó como la salida más importante de su carrera.
Todos los abridores regulares del equipo terminaron con efectividad superior a cinco puntos, a excepción de Moscoso, con quien no pudieron contar más. Eso trajo como consecuencia que el bullpen trabajara tanto como lo hizo la rotación, a pesar de que lucía mejor en el papel cuando se produjo el estreno de la postemporada, el dos de enero.
Los pronósticos de principio de año se desvanecieron y aquel tornado solo terminó siendo una amenaza, una falsa alarma que desapareció con la misma velocidad que arrancó. Los melenudos ahora evalúan todos los escenarios y tienen ocho meses para volver a engranar las piezas que les permita volver a la escena, a partir de octubre de 2011.
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