Eliminado Magallanes…no hay sorpresa.

Y se dió lo que les comenté hace aproximadamente 2 semanas cuando les dije que lamentablemente para mi todo lo que estaba pasando no era mas que la «Crónica de una nave encallada». Claro está que la oportunidad del equipo existía y así lo dejé saber pero hay equipos en los que se observan actitudes generales, team work, jugadores sobresalientes, sacrificio y buena dirección, factores que en conjunto pueden llevar a cualquier equipo a lograr remontadas tanto o más difíciles que la que le tocaba al magallanes. Sin embargo, de los factores mencionados nuestro equipo solo contó con jugadores sobresalientes pero en el papel ya que nadie puede negar que: Edgardo, Endy, Rivas, Merchan, Andrus, Yusmeiro, Guzman, Ramirez, Cova, Hidalgo, Mujica, etc. son peloteros con nombre en esta liga. A pesar de esto, nuestra liga tiene una característica que la marca de forma obligatoria cada temporada: es una liga de hombres y no de nombres. De los nombres mencionados anteriormente Edgardo tuvo una excelente temporada convirtiéndose en ejemplo para las nuevas generaciones, Endy pareció perdido en el home, solo al final se recuperó, Rivas término medio, Merchan sub-utilizado por ese manager de pacotilla llamado Nick Leyva, Erold Andrus jugando en los ùltimos 15 juegos de manera consistente, inexistente por el mencionado manager, Yusmeiro decepcionante con todas las letras en mayùscula, Guzman ni chicha ni limonada, Ramirez no mostró lo que se esperaba, Cova bien en general pero con frío en la chiquita, Mujica un cerrador al que le batearon 390 los bateadores contrarios y le anotaron 10 de 20 corredores recibidos en bases y finalmente Hidalgo, el flamante jonronero de papel del equipo que ya hace swing cuando el catcher está devolviendo la pelota. Todo esto es solo una parte de lo que ocurrió con el equipo ya que aparte de la escandalosa y desagradable deserción de Yusmeiro Petit observamos en Valencia un equipo que estando en el dugout estaba más pendiente de las chicas y los fanáticos en la tribuna que del juego mismo , caso Elio Serrano. Sinceramente, la llegada de Carlos Guillen lo que hizo fue encolerizar a mas de uno ya que al unísono se repetía en las tribunas: Por qué se debuta cuando faltan 4 juegos y jugando en el left field? Es una burla al fanático? Una cortina? Una necesidad del propio Guillen por exigencia de Detroit? Va a practicar para reforzar a los Tigres o Leones en el play off? Etc… Por otro lado, la esperadísima rotación del Magallanes con puros pitchers supuestas estrellas llamados Ramon Ramirez, Angel Guzman, Yusmeiro Petit y el estelar Victor Zambrano fue el fiasco del año.

Nunca entendí como en los últimos 5 o 6 juegos se esperó tanto por los abridores, cuando Yusmeiro abrió contra Caribes, Zambrano contra los Leones a pesar de los errores los batazos que impulsaron se los dieron a él, la apertura de Victor Santos contra La Guaira y tantas otras que vimos como se extendieron por 2 ó 3 innings más de lo previsto, es en estos momentos cuando se añoran managers como Buddy Bailey a quien no le tiembla el pulso para sustituir lanzadores, dirán que el material con el que cuenta es muy superior y por eso debió ser la timidez de Alfonzo para el cambio de los pitchers, pero créanme que pitchers como Scott Strickland debieron ser más utilizados ya que si no tuviera la categoría los Leones no lo hubiesen escogido como refuerzo para el play off y además, ser acertado en el cambio de los lanzadores los hace mejorar en sus números y rendimiento.

El papel del Magallanes fue el más triste de los últimos 10 ó 15 años ya que al iniciar el año nos dijeron que ibamos a ser campeones y resulta que lo creímos cuando vimos el roster de inicio y las promesas en camino. Siempre dije que Freddy García podía quedarse en casa y que Hidalgo impedía el desarrollo de un nuevo pelotero o la contratación de otro, pero las decisiones son de otros que a veces no se atreven a sentar a este tipo de vacas sagradas. Richard volverá el año que viene, lo único que le pedimos es que llegue en forma y no practique en el propio campeonato. Un año perdido en todos los sentidos, dinero en las tribunas, sin prospectos que admirar, totalmente insípido, inodoro e incoloro. Será el año próximo.