La Fascinante Magia de Vizquel
Diciembre 1, 2009.- (Manolo Hernández-Douen, Beisbol.net) Omar Vizquel extendió su carrera como jugador activo en las Grandes Ligas al convertirse en excelente tutor de un gran prospecto. Ahora perdurará como profesor de un cuadro completo.
Pueden estar ustedes seguros de que lo hará con el mismo entusiasmo con el que se puso por primera vez un uniforme como pelotero de la categoría pre-infantil en Venezuela.
Sí. Ese mismo mago del guante que hizo posible un partido sin hits ni carreras al fildear la pelota con la mano limpia.
Sí. Ese estudiante y maestro de su posición que prolongó a siete juegos la Serie Mundial de 1997 con una de las jugadas más electrizantes de paracorto alguno en los anales de la pelota.
Sí. Ese catedrático del diamante que integró con un latinoamericano futuro integrante del Salón de la Fama una de las mejores combinaciones alrededor del segundo saco de la historia.
Sí. Ese eterno del terreno a quien muchos daban por descartado como pelotero de las Grandes Ligas cuando las lesiones parecían noquearlo en varias ocasiones en la actual década.
No se sabe todavía con seguridad qué número utilizará Vizquel en la temporada del 2010 con los Medias Blancas de Chicago, pero sí es cierto que jugará con la misma alegría de un niño que acaba de recibir un regalo de Navidad.
“Cuando escoges una profesión que no la ves como un trabajo sino como una forma de gozar la vida duras mucho más tiempo, como es el caso mío”, es la filosofía simple y pura de un grande entre los grandes que disfrutará en el 2010 de su temporada #22 en el Béisbol de Lujo y que cumplirá 43 años de edad el venidero 24 de abril.
Ese entusiasmo, esa pasión, esa energía positiva, la trae prácticamente desde la cuna el futuro inquilino del Templo de los Inmortales.
“Indudablemente, necesitas tener la pasión para jugar este deporte”, explicó Vizquel. “La pasión mía por el béisbol es bastante grande. Yo lo vivo, lo gozo.
“Mi papá jugó un poquito, pero no profesionalmente y a mi mamá también le encanta el béisbol”, enfatizó Vizquel. “Naciendo en una atmósfera de esa categoría te hace sentir diariamente las cosas que aún se mantienen dentro de mí.
“Y si llevas una vida totalmente estable, equilibrada, tienes buena familia, comes bien, no te trasnochas, no estás pendientes de otras cosas sino lo que significa el béisbol en realidad, tu vida [como pelotero activo] se va a alargar mucho más”, indicó el orgullo de la pelota venezolana, un ejemplo que merece ser seguido por las nuevas generaciones como motivo de inspiración.
Esa forma alegre y a la vez competitiva con la que se desenvuelve en el diamante le ha permitido alcanzar muchas cosas fabulosas desde que debutó en la meca de la pelota con el uniforme de los Marineros de Seattle en 1989.
Entre sus acrobáticas jugadas de sus primeras temporadas estuvo la que ejecutó el 22 de agosto de 1993 frente a los Medias Rojas de Boston para salvarle un partido sin hits ni carreras a Chris Bosio. De no haber fildeado con la mano limpia aquel bostezante roletazo de Ernest Riles para lugar sacar el out en la inicial con un tiro preciso, certero, no se hubiera producido la hazaña.
A muchos le ha encantado más, por su significado en el más alto nivel, su jugada del sexto partido de la Serie Mundial de 1997 en Miami. Los Marlins hubieran ganado de no ser porque Vizquel saltó como una pantera al hueco entre la tercera base y la posición natural del paracorto para decapitar un roletazo caliente de Charlie Johnson que parecía convertirse en hit remolcador, levantarse de un salto y retirar en la primera base al receptor floridano.
A la postre, los dirigidos por Jim Leyland ganaron la Serie Mundial en siete juegos con hit de oro del colombiano Edgar Rentería, pero esa atrapada de Vizquel quedará registrada para siempre como una de las más espectaculares de shortstop alguno en la finalísima beisbolera.
Inolvidable fue también la combinación de lujo que hizo con los Indios de Cleveland de 1999 al 2001 con el segunda base boricua Roberto Alomar, quien actualmente está en el panorama principal de las Ligas Mayores al figurar por primera vez en las planillas de elegibilidad para el Salón de la Fama.
Los dos juntos fueron geniales, fantásticos, seguros, espectaculares. Entre Vizquel (11) y Alomar (10) suman 21 Guantes de Oro.
Tan humilde es Vizquel, empero, que siempre tuvo palabras de elogio para su compañero puertorriqueño aún por encima de su propia calidad.
“Siento que a veces no hago mis propias jugadas por ver la forma extraordinaria como él [Alomar] defiende la segunda base”, subrayó Vizquel en aquellos años.
A ese mismo Vizquel también le ha tocado sufrir la gota gorda por lesiones de sus rodillas.
En una ocasión, cuando estaba por confirmarse su retorno a los Marineros –a donde le hubiera gustado volver porque todavía reside en Seattle-, esa novena del estado de Washington canceló a última hora la negociación con la tribu por no estar seguros sus ejecutivos de cómo responderían las extremidades inferiores del venezolano, quien fue operado dos veces de la rodilla izquierda en un 2003 en el que solamente pudo intervenir en 64 partidos en la Gran Carpa.
En otra oportunidad tuvo que ser operado justo antes de la campaña del 2008. Cuando pudo reaparecer con los Gigantes de San Francisco lo hizo sin contar con el necesario Entrenamiento de Pretemporada y su promedio de bateo llegó a caer tan bajo que fue enviado al banco de la novena de Bruce Bochy, un desenlace aceptado por el propio Vizquel en bien del equipo.
“Siempre es difícil recuperarse de una lesión especialmente cuando juegas una posición en la que es tan importante el uso de las piernas”, manifestó Vizquel.
Como todo un profesional nunca bajó la cabeza, se preparó con renovados bríos con la ayuda de trabajo con las pesas para la temporada del 2009, bateó .320 en el respectivo Spring Training y pudo cumplir su misión de ayudar al desarrollo de su paisano Elvis Andrus, quien tuvo una temporada tan extraordinaria que quedó segundo en la disputa del premio Novato del Año de la Liga Americana.
Andrus agradeció la ayuda que le brindó Vizquel como un factor clave para su consagración como paracorto de los Rangers.
“No todo el mundo tiene el privilegio de jugar con un futuro integrante del Salón de la Fama”, puntualizó Andrus. “Omar es el mejor paracorto que ha tenido la historia del béisbol”.
No conforme con aconsejar a Andrus y darle el necesario respiro cuando su paisano necesitaba un descanso, también sumó su eficiencia a la defensiva en la segunda y la tercera base, dos posiciones prácticamente nuevas para él. De hecho, no cometió pifia alguna en el diamante en el 2009.
A veces se sintió tan raro en otro puesto diferente a la posición en la que nadie ha jugado tantos partidos en la historia del béisbol -al intervenir en su cotejo 2,584 pasó a su legendario paisano Luis Aparicio en el 2008- que hasta bromeó al ser entrevistado en torno a su ajuste a otras posiciones.
“Para saber cada inning a dónde ponerme [en la intermedia] veo los pasos que dejó en el terreno el otro segunda base”, confesó Vizquel, sacando de nuevo a flote su humildad y su franqueza.
La novena de Texas apreció en grado sumo su aporte y el manager de ese equipo, el ex jugador de cuadro Ron Washington, quería retenerlo pero los Medias Blancas ganaron la batalla por sus servicios.
Con Texas, intervino en 62 juegos y consumió 177 turnos. El manager de los Medias Blancas, su paisano Ozzie Guillén, quien también se ha hecho famoso por el número 13, espera que Omar tenga una participación más extensa con Chicago en el 2010.
Las razones son obvias. Gordon Beckham, un tercera base, pasa a la intermedia. Mark Teahen, recientemente adquirido de los Reales de Kansas City, ha jugado en el cuadro y los jardines, pero se espera que se estabilice en la antesala. El cubano Alexei Ramírez, camarero en el 2008, jugó por vez primera como paracorto titular de las Grandes Ligas en el 2009.
Por supuesto, la meta de los Medias Blancas no es solamente llevarse la División Central de la Liga Americana por segunda vez en tres temporadas, sino volver a la Serie Mundial y quizás ganarla por segunda vez en seis años.
Y Vizquel está a la cabeza de la lista de los que sueñan con intervenir en otro Clásico de Octubre.
“Ha sido [jugar en las Series Mundiales de 1995 y 1997) una de las cosas más bonitas que me han pasado”, recordó Vizquel en una de varias entrevistas en el 2009 para Spanish Béisbol Network. “Es una de esas cosas inolvidables que marcaron mi carrera por mucho tiempo”.
¿Sellará otra Serie Mundial la gran carrera de Vizquel? ¿Mantendrá vivo ese eterno entusiasmo para volver a jugar en el 2011? Sean cuales fueran las respuestas a esas preguntas, darán paso al prólogo a la segunda mitad de la vida beisbolera de Omar.
“Es [ser dirigente] la próxima meta después de mi retiro”, adelantó la gloria del béisbol latinoamericano.
Por supuesto, la fanaticada cruza los dedos para que la primera mitad de Vizquel, la de pelotero activo, se prolongue por mucho más tiempo.
Y Chicago espera que la Ciudad de los Vientos, su quinta parada en el Béisbol de Lujo, sea como sus cuatro anteriores destinos –Seattle, Cleveland, San Francisco y Texas- todo un dechado de virtudes.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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Manolo Hernández-Douen lleva más de 37 años como periodista deportivo, columnista y editor. Es miembro Honorario Vitalicio de Baseball Writers of América (BBWAA)
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